Leprechaun

6 de septiembre de 2008

 

Todo el mundo sabe que es un Leprechaun, y si no lo sabe, es mi avatar en blogger. Un duende dicen algunos, un hombrecillo irlandés, dicen otros, pero lo cierto es que engloba una curiosa leyenda:

El Leprechaun proviene de la tradición céltica irlandesa y cuenta como estos "duendes del bosque" ya vivían en ella a la llegada de los primeros humanos a la isla de Eire (Irlanda).

Su nombre en gaélico, leith bhrogan significa "El que hace zapatos" ya que según la tradición su vida se basa en hacer zapatos y cuidar sus ricos tesoros. Pese a todo, parece ser que por muy buenos zapateros que sean sólo fabrican uno de cada par, ya que, su pasión por la cerveza casera les hace despistarse muy a menudo.

Se cuenta que si un humano es capaz de capturar un Leprechaun, este le dará sus riquezas a cambio de su libertad, pero hay que andarse con ojo, ya que son tan listos que seguramente en el momento en el que les dejes libres el oro se convertirá en cenizas.

Actualmente, y más sobre todo cuando se acerca la famosa fiesta de San Patricio (17 de marzo, día nacional de Irlanda), se representa al Leprechaun de verde clarito, pero esto no ha sido siempre así, ya que realmente según la tradición, es un hombre generalmente vestido con chaqueta roja de brillantes, botones plateados, calzas azules o marrones, zapatos grandes con hebillas gruesas de plata y sombrero tricornio de copa alta.

Si queréis intentar capturar un Leprechaun, he encontrado una web en la que te enseñan a fabricar una tramapa para estos y que pasos debes seguir para cojerlos y quedarte su oro (ENLACE).

Para finalizar os dejo una de tantas otras historias sobre el Leprechaun:

Un granjero se encontraba trabajando en sus tierras cuando descubrió por casualidad a un hombrecillo que se escondía bajo una hoja. Convencido de que se trataba de un leprechaun, el granjero capturó enseguida al hombrecillo en su mano y le preguntó dónde tenía escondido el oro. El leprechaun sólo deseaba que le liberasen, por lo que enseguida le reveló que su tesoro se hallaba oculto debajo de un arbusto cercano. Sin soltar a su diminuto cautivo, el granjero se encaminó hacia el lugar indicado, pero resultó que el arbusto estaba rodeado de otros cientos de arbustos idénticos. Como no tenía a mano ninguna herramienta para cavar, se quitó uno de sus calcetines rojos y lo ató a una rama para marcar el arbusto que el leprechaun le había señalado. Cuando se dirigía a su casa en busca de una pala, el leprechaun le señaló que ya no necesitaba sus servicios para nada y le pidió que le liberara. El granjero accedió, pero no sin antes hacerle prometer que no iría a quitar el calcetín ni a llevarse el oro. Buena idea... pero no resultó como esperaba. Cuando el granjero regresó al campo a los pocos minutos, ¡todos los arbustos estaban marcados con calcetines rojos idénticos!!

Fuente: Wikipedia